jueves, 7 de agosto de 2014

ma vie en turquoise

Este post tan artifarty (pretencioso/pedorro) viene al blog público. 

 Llegamos aquí sobre 90 caballos color turquesa

Tomamos posesión de nuestro territorio turquesa en menos que canta un gallo.
 
 Desde la terraza oteamos el horizonte, turquesa todo lo que alcanza los ojos





Aquél peñón de allí, es beniyork



 Todo correcto, turquesa tras la palmera


 Relax total, a rayas turquesas





Me di el gustazo de montar un apartamento blanco y turquesa, con el suelo del color de la arena que hay al otro lado de la palmera. Cuando se lo dije al albañil, se burló de mi: “y las anclas…¿¿dónde las va a colgar??”



Lectora, en shorts turquesas


 ¡vaya! ¡¡Un velero tras la palmera!




Fijian water lotus, de la body shop. Me lo trajo marina de su campamento inglés. Me encanta. Huele a verano turquesa.




En la pisci entro en una locura total turquesa, reloj-cuenta-largos, headphones, suavizante de pelo. Mi uña del pulgar, en turquesa con brillos purpurina.




No todas las uñas llevan purpurina, solo dos en cada mano.




Si, me he pintado las manos y los pies para que hagan juego con el apartamento, y con la piscina, y con el mediterráneo, y con mis chicas. Y con el verano.



Por la noche nos tomamos un gin tonic turquesa (nordic blue)